Recientes estudios internacionales sitúan al país entre los que presentan más casos, incluso con tasas que están por sobre el promedio mundial. Entre los principales factores que influyen en la presencia de estrés en los trabajadores están las extensas jornadas laborales, la falta de reconocimiento y los problemas económicos producto de bajas remuneraciones.
Por años se ha pensado que Chile es un país de trabajólicos y de ahí las cifras de estrés que se presentan en las organizaciones. De hecho, datos del Ministerio de Salud (Minsal) señalan que del 30% de las licencias por dolencias físicas o mentales y el 40% del ausentismo laboral tienen raíz en este mal.
Los números son reafirmados por un estudio realizado recientemente por la multinacional Robert Half en diversos países del orbe y que señala que en Chile el 65% de las empresas creen que sus empleados están estresados de forma habitual, mientras que un 33% de los consultados piensa que padecer de este tipo de cansancio psicológico es frecuente en el mercado laboral moderno.
Entre las principales razones que explican la presencia de estrés en los profesionales, el informe indica que a nivel personal están las presiones económicas, las ineficiencias operativas, el trazarse expectativas inalcanzables, la falta de reconocimiento y las horas extras. En tanto, las compañías aportan al problema al imponer metas demasiado altas a sus empleados o plantearse crecimientos acelerados.
Salud y productividad
Según la Agencia Europea para la Seguridad y Saluden el Trabajo también se han identificado factores de riesgo emergentes, tales como el envejecimiento de la población activa, la intensificación del trabajo, la falta de posibilidades para conciliar la vida familiar con las responsabilidades laborales y la inestabilidad contractual.
Según la última encuesta Europea de Condiciones de Trabajoel estrés no sólo afecta a la salud de las personas, sino también a la calidad de las funciones que se desempeñan e, incluso, al clima laboral. Sabida es su relación con el absentismo, la disminución de la productividad, la fuga del capital humano calificado, el aumento de los conflictos y litigios internos, el incremento de las tasas de accidentabilidad, la presencia de violencia física y psicológica en el entorno de trabajo o la aparición de conductas de boicot o sabotaje.
En el plano estrictamente médico se produce un deterioro de los hábitos alimenticios, mayor consumo de alcohol y tabaco, desequilibrios del sistema nervioso y neuroendocrino, problemas cardiovasculares y trastornos emocionales como ansiedad y depresión, patologías que generan una pérdida de motivación e interés y una caída en la eficacia mental.
El cambio, un factor importante
Otro análisis efectuado por Instituto de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Manchester evaluó en una escala de 1 a 10 cuáles son las profesiones con mayor incidencia de estrés. Quienes presentan los números más altos son los periodistas (7,5), seguidos por los odontólogos (7,3), médicos (6,8), enfermeras (6,5) y profesores (6,2). Sin embargo, ninguna de estas especialidades supera a los mineros (8,3) y policías (7,7) en este ranking.
Para la psicóloga Cecilia Carrasco, el mayor estrés se puede observar en empleos “que realizan turnos cambiantes, que requieren un ritmo exigente y con escaso o poco control sobre el mismo”. A eso agrega que también se muestra en “el trabajo del ejecutivo que está sujeto a presiones para cumplir metas y resultados financieros a corto plazo o en aquel que debe cumplir con una gran demanda de trabajo y con un bajo salario”.
La profesional comentó, además, que entre las causas del estrés ampliamente conocidas estaban los cambios, lo que podían tener un mayor impacto si iban “acompañados de innovaciones tecnológicas y traslados de espacios físicos, la experiencia del cambio mismo, sobre todo cuando las personas experimentan una falta de participación e incertidumbre, puede ser una fuente importante de estrés”.