¿Es posible alcanzar el éxito en un deporte o en la vida sin cooperación? Es evidente que no, ya que ninguna persona puede hacerlo todo por sí sola. Esto es lo que conocemos como trabajo en equipo, tema central de nuestra charla. Trabajar en equipo significa unir esfuerzos por el bienestar común. No solo mejora la productividad, sino que también previene accidentes. Más ojos y manos permiten ver y hacer más, y varias mentes anticipan riesgos que una sola no podría.
Existen diversas formas de colaborar para evitar accidentes. Por ejemplo, si cooperamos en tareas de orden y limpieza, impedimos que recaigan sobre una sola persona o se acumulen, generando riesgos. Del mismo modo, al realizar inspecciones, reparar máquinas o almacenar herramientas en su lugar adecuado, evitamos posibles accidentes. La ayuda mutua, como levantar objetos pesados juntos, es también esencial.
En el ámbito industrial, trabajar en equipo tiene una particularidad: no podemos permitirnos perder a ningún integrante del grupo por un accidente. A diferencia de los deportes, donde hay suplentes, en la industria cada trabajador cumple una función única e insustituible. No existen reemplazos inmediatos, y si alguien se accidenta, afecta a todo el equipo.
Así como los atletas siguen reglas y usan equipo de protección, nosotros también debemos adherirnos a normas de seguridad. Ignorar una norma no solo trae multas en términos de accidentes, sino que también puede costar una vida o la capacidad de trabajar. Los errores de un miembro afectan a todos. Si, por ejemplo, imaginamos que estamos remando en un bote, cualquier falta de coordinación retrasa el avance del equipo entero.
En resumen, al igual que en los deportes, el trabajo en equipo impulsa la productividad, pero, aún más importante, previene accidentes y protege a cada miembro del equipo.