Charlas de Seguridad 11 de septiembre del 2011 Entorno de Trabajo No hay comentarios
Frecuentemente el cuerpo humano es puesto a prueba ante a distintos “maltratos” que, silenciosamente, terminan afectando a la salud. Es por esto que hay que procurar que el entorno laboral sea lo más adecuado posible a lo que el organismo requiere.
Las ocho horas que los argentinos pasan sentados frente a la computadora pueden significar daños, muchas veces irreparables, para el cuerpo. Enfermedades que se van haciendo crónicas a través de los años. Los dolores de espalda, de cuello, de muñecas, cefaleas y agotamiento son las afecciones más comunes.
Estos dolores nacen a partir de tensiones y de posturas incorrectas que podrían evitarse con acciones tan simples como sentarse derecho, con la espalda recta, evitando cruzar las piernas y manteniendo una cierta distancia de la pantalla de la computadora, la que por exceso de brillos o posiciones incómodas a la mirada puede causar molestias muy comunes como cefaleas, visión borrosa, tensiones oculares e irritación de los ojos.
Para evitar esta y otras afecciones que surgen en el lugar de trabajo, es necesario tomar ciertas medidas como pestañear frecuentemente para descansar los ojos, regular la posición de la pantalla y su inclinación, de manera que ésta se ubique frente a los ojos del usuario, en una distancia ideal de unos 55 centímetros, impidiendo con esto que se adopten posiciones forzosas al mirarla.
Por otro lado, el teclado también puede generar molestias a los trabajadores, causando dolores en las articulaciones y/o tendinitis a largo plazo. Para evitarlo, es ideal dejar una distancia de unos 10 centímetros o más, para ubicar las muñecas en la mesa y no en el aire para no forzarlas.
Las sillas en tanto deben ser ergonométricas. Son ideales aquellas que cuentan con movilidad, regulación del asiento, respaldo reclinable y reposabrazos. De esta forma, tanto espalda, brazos y piernas se apoyarán de manera correcta, evitando así dolores musculares generados por posturas forzadas.
Las condiciones en las que se trabaja marcan en cada persona tanto su rendimiento diario como a largo plazo, por lo que no sólo debería ser una preocupación de cada trabajador sino de la empresa en general.
En cuanto al lugar de trabajo, es necesario que éste cuente con luz natural, temperatura y ventilación adecuadas. Así pueden impedirse desgastes físicos y psicológicos. Para esto también es importante descansar algunos minutos y moverse para evitar la rigidez de la musculatura, la sensación de agobio o la desconcentración.
De esta forma, con esas simples medidas (ergonomía), que debieran generarse a partir de iniciativas tanto de los trabajadores como de sus empleadores, es posible evitar malas conductas o posturas que podrían afectar nuestra salud y traer, en algunos casos, graves consecuencias a futuro. Si esto realmente se llevara a cabo, se evitarían muchos de los 160 millones de casos de enfermedades profesionales que según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se dan anualmente en el mundo.