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Una iluminación adecuada aumenta la productividad laboral hasta un 20%
Charlas de Seguridad 29 de agosto del 2012 Accidentes Laborales No hay comentarios
Una iluminación adecuada al puesto de trabajo, aspecto usualmente descuidado en las empresas, aumenta la productividad hasta en un 20 % y reduce las bajas laborales, según un estudio difundido por el Colegio de Ópticos Optometristas de la Comunitat Valenciana.
Así lo revela el informe realizado por los científicos holandeses Wout van Bommel y Gerrit van den Belt, sobre los beneficios de adaptar la iluminación al tipo trabajo que se está realizando.
La iluminación es uno de los elementos «menos cuidados» en los centros de trabajo, pese a ser «fundamental para conseguir un mayor rendimiento de los trabajadores e incrementar la seguridad laboral», ha explicado el presidente de los optometristas valencianos, Vicente Roda, en un comunicado.
«La falta de luz o su mala colocación provoca que el trabajador tenga que forzar la vista, lo que provoca fatiga ocular y disminuye por tanto su productividad», ha indicado.
Una buena iluminación también mejora la seguridad laboral, pues los cambios bruscos de luz o brillos pueden cegar al trabajador e incrementar así el riesgo de accidentes y las bajas laborales.
Roda ha recordado que «algunos accidentes laborales también se producen debido a que los trabajadores no llevan la corrección visual adecuada a sus necesidades».
Entre los efectos que tiene sobre la visión una mala iluminación en el trabajo citan los de forzar la vista, la fatiga ocular, irritación ocular, vista nublada, sequedad en los ojos y los dolores de cabeza.
Uno de los efectos más conocidos provocado por una deficiente iluminación es el denominado «síndrome de fatiga visual», que afecta al 75 % de los usuarios de ordenadores.
Los síntomas principales son la fatiga ocular, la sequedad ocular, escozor, sensibilidad a la luz, visión borrosa, dolores de cabeza y dolor en el cuello, hombros o espalda.
Para evitar estos molestos síntomas, según Roda, «es fundamental que el ordenador no esté enfrente ni detrás de ventanas, que la luz del sol no dé directamente sobre los ojos o sobre la pantalla del ordenador, que no haya luces demasiado brillantes y utilizar monitores antirreflejantes.
Además, los ojos deben situarse a una distancia de 40 a 60 centímetros del monitor y tienen que estar por debajo de la parte superior de la pantalla, ha añadido.
Los optometristas aconseja utilizar luz natural en la medida de lo posible porque facilita el rendimiento de los ojos y reduce los niveles de estrés.
También recomiendan evitar las sombras, utilizar luces ajustables de forma individual, filtros para difuminar las luces del techo, evitar los cambios bruscos de luz y colores claros en techos, paredes y suelos para reflejar la luz.