Aunque la ansiedad y el estrés pueden afectar el desempeño de los empleados, menos del 20 por ciento recibe ayuda profesional. Te decimos cómo acabar con estos problemas.
Tras una merecida semana de vacaciones, Paola López regresó al despacho de diseño en el que trabajaba sintiéndose renovada y con ánimos para terminar sus proyectos. Pero esta situación cambió rápidamente y terminó renunciando a su trabajo por problemas de ansiedad y estrés que terminaron en depresión laboral.
“Desde antes de irme de vacaciones me sentía muy angustiada y pensé que descansando iba a terminar la espiral pero fue todo lo contrario. Terminé renunciando porque ya no podía con tanta presión”, dice en consulta.
Como ella, 69 por ciento de los trabajadores mexicanos padecen de síntomas de ansiedad al regresar de un periodo vacacional o días de descanso después de un “puente”, según indica un estudio realizado por Regus, firma dedicada a espacios de trabajo.
Sin embargo, los periodos de ansiedad y estrés pueden persistir, provocando problemas en el área de trabajo de manera permanente y no sólo al regresar de vacaciones. Un análisis de OCC Mundial realizado en abril de 2017 destaca que 30 por ciento de los profesionistas mexicanos considera que su trabajo afecta su salud física o mental.
La lista de problemas físicos y emocionales que han presentado a raíz del trabajo es larga. 62 por ciento de los trabajadores destacaron el estrés como el primer padecimiento, 42 por ciento cansancio, 39 por ciento tensión, 24 por ciento ansiedad y 23 manifestaron tener bajo estado de ánimo.
Araceli de la Lanza, investigadora de la Universidad Iberoamericana indica que el estrés y la ansiedad son uno de los problemas de salud más importantes de la sociedad en general y aumentan en el ámbito laboral que tienen repercusiones importantes para los individuos.
“Hay profesiones que tienen una alta exigencia en cuanto a productividad lo que incrementa estos síntomas, que se ven agravados por situaciones como el acoso o ‘mobbing’”, destaca.
Aunque el estrés es una respuesta natural ante las exigencias laborales, puede desencadenar problemas laborales severos, según indica Luis Hernán Orellana, director de la carrera de Recursos Humanos en la Universidad Panamericana (UP).
“El estrés es la manera que tenemos de reaccionar a un estímulo o exigencia externa. En ‘bajas dosis’ incluso puede llegar a ser positivos, pero cuando éste sobrepasa la capacidad de respuesta del empleado puede generar en ausentismos y depresión laboral”, comenta el especialista.
Los costos de estos padecimientos son altos. Un informe de la Organización Internacional del Trabajo arroja que las enfermedades derivadas del plano laboral acarrean costos enormes para los trabajadores y sus familias, así como para la empresa.
Se estima que las enfermedades derivadas de la jornada laboral causan la pérdida de 4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), es decir cerca de 2.8 billones (millones de millones) de dólares, en costos directos e indirectos de éstos.
Identificar y buscar ayuda
Aunque a Paola López sus problemas de estrés le costaron su puesto, muchas personas pueden no recibir ayuda y terminar con algún problema de discapacidad.
Los especialistas consultados dieron algunos consejos tanto para trabajadores como empleadores para evitar que el estrés y la ansiedad laboral generen problemas en el espacio de trabajo.
1. Identifica el problema. Irritabilidad, baja productividad, dolor de cabeza, cansancio extremo y en general un estado de ánimo bajo son los primeros síntomas de que las cosas no están bien.
Asimismo, si un trabajador tiene problemas para cumplir los plazos de entrega, puede ser un foco rojo que los empleadores deben tomar en cuenta para atender a tiempo un problema de salud.
2. No caigas en estereotipos. “Se cree que aceptar las consecuencias del estrés es sinónimo de personas débiles de carácter o que tienen problemas de competitividad, pero esto es falso, cualquier trabajador puede tener estos problemas y no por ello ser menos profesional”, indica Hernán.
3. Busca ayuda profesional. Los trabajadores mexicanos son los que menos tienden a atender su salud mental, ya que sólo 2 de cada 10 trabajadores busca ayuda psicológica o terapia profesional cuando los niveles de estrés se vuelven incontrolables.
“Es importante que los empleados busquen ayuda profesional y también que los empleadores la brinden”, concluye de la Lanza.