Quizá nunca ninguno de ustedes se haya considerado a sí mismo como un levantador de pesas, pero la espalda de cada uno de nosotros lo hace continuamente. Nuestra espalda sabe muy bien que si no levantamos las cargas con cuidado, o si levantamos pesos excesivos, puede sufrir una lesión permanente.
Cuando levantamos incorrectamente, nuestra columna vertebral trabaja contra nosotros actuando como una palanca gigante, no como una columna de soporte, que es como debiera funcionar.
Cuando levantamos incorrectamente, nuestra columna vertebral – mantengamos esa idea de palanca gigante – multiplica el peso que se coloca en ella aproximadamente 15 veces, presionando un disco con fuerzas a veces superiores a media tonelada. El famoso “disco roto (o salido)” no es más que una víctima de ciertas circunstancias inseguras. Un contenedor no deseado de más de 500 kg. de dolor.
Aunque el peso que levantamos es un factor importantísimo en las lesiones de espalda, no es de ninguna manera el más importante: el más importante es la postura. No nos engañemos, nuestra espalda puede soportar una gran cantidad de peso, y lo hace todos los días soportando nuestro cuerpo. La razón de que nuestra columna vertebral puede soportar un peso, pero no levantarlo como una grúa, es debido a que está formada de una pila de pequeños huesos con muy poca resistencia a doblarse. Está hecha para soportar pesos solamente en posición vertical. Al pensar en nuestra columna pensemos en un fósforo de madera; un fósforo de madera puede soportar un esfuerzo considerable cuando está en posición vertical, pero se romperá fácilmente bajo el peso de tan solo un kilogramo cuando se lo mantiene horizontalmente.
Una postura de levantamiento incorrecta es una postura pobre, no hay vuelta de hoja. El inclinarse sobre la cintura sin doblar las rodillas es una posición no natural del cuerpo, se trate de levantar un objeto o simplemente de estar sentado. Para evitar un estiramiento doloroso se debe relajar la tensión del músculo flexionando las rodillas cada vez que se incline sobre la cintura.
¿Cuál es, entonces, la solución para el problema del levantamiento? Debemos levantar como deberíamos estar sentados , esto es, con la espalda recta y las rodillas dobladas. Aproxímese lo más que pueda al objeto que va a levantar y acérquelo lo más que pueda también hacia su cuerpo antes de levantarlo, y levántelo con los músculos de las piernas en un movimiento suave. Los movimientos rápidos aumentan la presión que se ejerce sobre la columna, que si se hacen en forma suave.
Estas recomendaciones y prácticas las debemos utilizar no solo aquí en nuestro trabajo, sino también en nuestros hogares. Sería incluso recomendable que las enseñáramos a los miembros de nuestra familia. Piensen por ejemplo en sus esposas, en los pesos que cargan y transportan diariamente incorrectamente. Levantan bolsas grandes de productos comestibles y ropa. Y en muchos casos manteniendo a un niño en uno de los brazos. Muchas labores domésticas que demandan esfuerzos importantes deberían realizarse de a dos, de modo que si observan que sus esposas levantan objetos excesivamente pesados, díganles que esperen a que ustedes lleguen a casa apara ayudarles.
Cinco reglas básicas
- Separe los pies hasta conseguir una postura estable.
- Doble las rodillas
- Acerque al máximo el objeto al cuerpo
- Levante el peso gradualmente, sin sacudidas.
- No gire el tronco mientras levanta la carga. (es preferible ir acomodando los pies).