En Prevención de Riesgos Laborales, cobran gran importancia los denominados «factores psicosociales». Estos los podemos definir como aquellos factores de riesgo para la salud que tienen su origen en la organización del trabajo y que generan diversos tipos de respuestas. Respuestas de tipo fisiológico (reacciones neuroendocrinas), emocionales (sentimientos de ansiedad, depresión, alienación, dejadez etc.), cognitivos (restricción de la percepción, bajo nivel de concentración, ausencia de creatividad o baja e incluso nula capacidad para la toma de decisiones, etc.) y respuestas conductuales (abuso de sustancias nocivas, violencia, asunción de riesgos innecesarios, adopción de conductas perjudiciales, etc.) que son conocidas de una forma popular como «estrés» y que pueden llevar a los trabajadores a una enfermedad, bajo ciertas circunstancias de duración, frecuencia e intensidad.
Como es bien conocido, en el ámbito de la prevención las evaluaciones de riesgos psicosociales forman parte de las obligaciones legales en materia de prevención de riesgos que tienen todas las organizaciones y empresas.
De una forma clara, a través de la VI Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, se señala que solo el estrés a nivel global afecta al 27,9% de los trabajadores, que piensan que el trabajo afecta a su salud, porcentaje que se incrementa de forma notable entre los trabajadores que realizan docencia y empleados sanitarios.
Para la realización de una prevención eficaz de los riesgos psicosociales han de tenerse en cuenta no solo las características y estilos particulares de los trabajadores (modos de afrontamiento, distinto apoyo social, etc.); sino que se han de considerar sobre todo las distintas variables de la organización que puedan estar influyendo de una forma negativa (sobrecarga laboral, relaciones laborales, estilos de dirección, etc.) Una correcta prevención debe contemplar y evaluar todos estos aspectos de una forma permanente y no considerar estas cuestiones como hechos que se producen de forma puntual.
La realidad laboral de nuestros días, y este hecho no solo es consecuencia de la crisis económica que vivimos, nos enseña que la salud física y mental de los trabajadores no recibe, en muchas ocasiones, la adecuada atención. Se hace preciso que las empresas y los servicios de prevención o las mutuas de trabajo dispongan de los profesionales adecuados, debidamente formados para tratar adecuadamente los riesgos psicosociales.
Distintas características de la sociedad actual solo agravan el problema. Así, el trabajo en condiciones precarias, el estrés, el acoso, las tareas cada vez más exigentes a bajo salario, los turnos de trabajo a menudo rotativos, los diferentes estilos de dirección y las políticas agresivas de gestión de recursos humanos (…) son riesgos laborales que deben ser combatidos en los propios centros de trabajo, por el enorme dolor humano, la problemática social y el enorme coste económico que conllevan para las propias organizaciones. En este sentido, una vez más la formación representa una de los medios de lucha más eficaces en Prevención de Riesgos Laborales.
Por tanto, es muy importante continuar de una forma clara con la formación en todas las organizaciones. Por una parte, sobre los temas que ya podemos denominar clásicos en Salud Laboral (como el estrés), como en aquellos temas que parecen más producto de nuestros días (como las nuevas formas de organizar el trabajo y los riesgos emergentes asociados, el acoso moral y el sexual, etc.) Con la formación y por tanto creando conciencia lucharemos contra estos y otros tipos de riesgos.
Solo de esta forma, se podrá dar una respuesta eficaz a los problemas de Salud Laboral de los trabajadores de nuestras empresas y organizaciones.