Contar con trabajadores equipados con la tecnología más avanzada o invertir en charlas de seguridad ayuda, sin duda, a mejorar los índices de accidentabilidad laboral. Sin embargo, la clave de todo proceso de seguridad exitoso está en la actitud que el trabajador tenga.
La dinámica de la seguridad laboral trae consigo distintos componentes tangibles e intangibles. En el primer grupo encontramos equipamiento de Protección Personal y en el segundo grupo tenemos capacitación y charlas. Sin embargo, muchas veces estas medidas no logran el objetivo de erradicar la accidentabilidad en la empresa y es ahí donde cabe preguntarse ¿por qué si están todas las condiciones los trabajadores se accidentan?
La respuesta, al parecer, está esta vez en el papel que juega el factor humano, es decir, el trabajador. En esta nueva dinámica de la seguridad laboral se instala el concepto de Psicoprevención.
La Psicoprevención es un complemento a la prevención de riesgos. Es aquella rama de la psicología laboral que tiene como objetivo cambiar actitudes y modificar conductas inadecuadas, con el fin de realizar un trabajo seguro y, por lo tanto, sin riesgos de accidentes. En otras palabras, esta herramienta busca el cambio de actitud frente al trabajo
Muchas compañías han diseñado sus lineamientos en seguridad y prevención de riesgos en base a altas inversiones en equipamiento de protección y constantes mejoras de los procedimientos e instalación. Sin embargo, en ocasiones, el número de accidentes de carácter laboral persisten y es ahí donde, según Daniela Campos, Jefe Departamento de Riesgos Psicosociales de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) «no hay que mirar al trabajador como un número, sino como un ser inserto dentro de una cultura particular, pensamientos específicos y una biología específica». A reglón seguido, la profesional de la ACHS enfatizó que «al hablar de Psicoprevención hablamos de una mira Bio-Psico-Social.
Asimismo, el Psicólogo de la Unidad de Trauma, Estrés y Desastres del Departamento de Psiquiatría de la PUC, Humberto Marín, afirmó que «hay ciertos elementos que son propios al comportamiento humano que apuntaban hacia la accidentabilidad, es decir, hay algunos factores conscientes o inconscientes que hacen que las personas se accidenten».
El trabajador como un todo
En esta nueva realidad, donde el trabajador, sus características y pensamientos son determinantes al presentar los lineamientos de seguridad y prevención al interior de una compañía o faena, la Psicoprevención asoma como «una técnica que ayuda y orienta a las personas a cambiar sus acciones hacia la no-accidentabilidad», según aclaró el profesional de la PUC.
Al analizar el tipo y origen de estas acciones, Daniela Campos recalcó que todas las conductas que nos llevan a un accidente son acciones con las que «el trabajador busca llegar al placer (terminar antes el trabajo, irse más temprano, obtención de bonos de producción) o evitar el displacer (realizar el trabajo más cómodo, terminar una tarea que no le gusta)».
A su vez Marín sostuvo que «hay múltiples factores que determinan el comportamiento (internos y externos) y reconocerlos es tarea de un trabajador responsable». Para el psicólogo de la PUC, la tarea de todos está en identificar y cambiar o modificar los rasgos presentes en los trabajadores, lo que -a su parecer- se hace primero con sensibilización, después capacitación y luego entrenamiento.
«Si queremos que cambie sus hábitos de conducta hay que sensibilizarlo y así ayudarlo a responder por qué es necesario que cambie; luego debemos decirle qué debe hacer y finalmente, viene la repetición de la conducta adecuada», detalló Marín.
Una prevención profunda
Ambos profesionales coinciden en la importancia de asumir está nueva visión de la prevención. Una visión que contempla al trabajador en todas sus dimensiones, dejando atrás la visión tradicional que -a juicio de Marín- le falta «un elemento esencial, como es el comportamiento humano».
Por su parte, la profesional de la ACHS afirmó que «mucha de la inversión que realizan las empresas son destinadas a tecnologías, herramientas y equipamientos novedosos. Sin embargo, las compañías que más realizan intervención psicosocial del ambiente laboral son aquellas que ya hicieron todo del punto de vista de la inversión en seguridad y el aún así el número de accidentes continúa».
A este respecto, Humberto Marín, instó a las empresas a preguntarse «qué sucede cuando los índices de accidentabilidad no bajan y cómo influye el factor humano ahí». Los psicólogos coincidieron en que cuando se hace todo en materia de seguridad «dura», se recurre a la Psicoprevención.
La cultura, el país y el tipo de operación que tenga la empresa son sólo algunos de los elementos que influyen en el actuar de las personas. Y es ahí, donde al aplicar herramientas de control correctas «los índices de accidentabilidad podría llegar a cero», según Marín.
«Hay programas de observación de conductas que son programas específicos para bajar la tasa de accidentes, en donde se capacita a trabajadores y a la gerencia, ya que tienen que participar todos para lograr los efectos deseados», afirmó Campos.
Qué motiva al trabajador
La prevención de riesgos ha incorporado el factor humano, en una primera instancia, al hablar del NO QUIERE, NO PUEDE, NO SABE, en referencia al trabajador, pero el camino actual es hacer un doble clic e ir más allá, es decir, lograr comprender y conocer el por qué no quiere, no puede o no sabe.
Para Daniela Campos la idea es siempre «conocer que motiva -personal, empresarial y ambientalmente- el que un trabajador asuma acciones de riesgos y sufra por consecuencia accidentes», comprendiendo -tal como agregó Marín- que las organizaciones «son distintas y no se puede llegar con una forma y herramienta fija».
Los impulsos autodestructivos son una realidad que afecta a los trabajadores atentando contra su seguridad y sobre su permanencia en el trabajo. Estos impulsos se manifiestan en acciones inseguras y actitudes sociales no afines con las políticas de la empresa. En este contexto el trabajador ocupa un rol importante y significativo como educador frente a los demás trabajadores y como líder en su gestión. El trabajador en la era de la hiper-competitividad, en un mundo globalizado, más allá de ser realizador de tareas es un prevencionista y facilitador.
Al momento de analizar la incidencia que tiene la inversión en equipamientos de protección personal y tecnología versus los resultados logrados tras intervenir del punto de vista psicosocial al trabajador en la seguridad y disminución de la accidentabilidad, la profesional de la ACHS atribuyó «un 50% de responsabilidad a cada uno de estos elementos de seguridad, tanto tangibles como intangibles».
A su vez, el Psicólogo de la PUC reconoció que al momento de intervenir las empresas, los trabajadores que muestran factores de accidentabilidad presentan ciertas características comunes, tales como:
- Agresividad: Los que son más agresivos tienden a accidentarse más.
- Autoestima: A menos autoestima mayor accidentabilidad.