Charlas de Seguridad 28 de marzo del 2016 Prevención de Riesgos No hay comentarios
Están ahí, todo lo ven, son muchas veces el primer contacto con algo o alguien que nos gusta. Negros, azules, cafés, miel, verdes, grises. El espejo del alma, también dicen que son.
Damos por sentado que deben funcionar, que es tan natural su trabajo que muchas veces ni nos preguntamos si estarán bien, si necesitarán algo.
Una que otra rasquiña a veces nos alerta sobre un problema, o a lo sumo para cuidarlos un poco los protegemos con un par de lentes oscuros que eviten las molestias del sol en la cara, pero poco más se hace por ellos.
Son los ojos y, sean o no el espejo de nuestra alma, sí son para nosotros el puente de comunicación con el mundo externo.
Antes que tocar, oler, saborear, siempre vemos; por eso es tan importante mantener un buen cuidado preventivo de estos órganos que nos permiten apreciar la belleza del entorno o prevenirnos de sus peligros en otros casos.
Los rayos UV
Hoy día un fenómeno que afecta a todas las personas sin distinción es la exposición a la radiación ultravioleta.
Cada vez es más fuerte y la incidencia de estos rayos en el ambiente es mayor, como consecuencia de fenómenos climáticos que afectan la capa de ozono, por ejemplo.
La protección contra los rayos UV no debe ser solo para la piel, explica el coordinador de salud visual de la organización Santa Lucía, Ricardo Arenas Posse.
Para los ojos también es necesario brindar una protección que atenúe el impacto de esta radiación. Los rayos UV, anota Arenas, pueden ocasionar lesiones en su interior cuando llegan al ojo y este no cuenta con los niveles de protección adecuada. Provoca desde irritación hasta afectaciones de la cornea y la retina.
La principal protección está relacionada con el uso de unas buenas gafas de sol.
Estos elementos no deben comprarse -enfatiza- en cualquier puesto callejero. “Difícilmente este tipo de gafas van a contar con los requerimientos de protección ultravioleta que el ojo necesita”.
Por el contrario, cuando se compran gafas sin ninguna consideración por su nivel de protección a los rayos UV, y solo se eligen porque sus lentes son oscuros, se puede estar generando un daño potencial mayor para estos órganos.
“Cuando se usan esos lentes oscuros la pupila se dilata para poder aumentar su capacidad de visión y en ese momento penetra más la radiación ultravioleta”, una incidencia de mayores riesgos al no encontrar un nivel de protección adecuado.
Por eso su consejo es que las gafas de estas características se compren en sitios reconocidos, aunque sean un poco más costosas. Nunca lo serán tanto como perder la vista.
No se autorrecete
La advertencia sobre la compra de los lentes no es válida solo cuando se compran las gafas para protección del sol.
Es aplicable cuando se va a adquirir todo tipo de gafas.
El especialista de Santa Lucía afirma que el uso de los lentes debe partir, antes que nada, de una recomendación por parte del especialista.
Eso de comprar un par de gafas porque usted cree que ya las necesita no es válido ni aconsejable.
“Si usted no necesita lentes, no insista. Si usa unos que no requiere, va volviendo al ojo perezoso y el día que no use ese elemento, ya el órgano no va a cumplir su función de manera adecuada porque ese músculo ya está en un nivel de relajación que impide que se comporte como debería actuar”.
Y aunque hoy es posible encontrar gafas que se ofrecen en los establecimientos de comercio de grandes superficies, o en pequeños puestos en los centros comerciales, que vienen hasta en paquetes de dos o tres unidades a precios económicos, el doctor Arenas Posse advierte que esas llamadas gafas de venta libre están prohibidas.
Por eso muchas veces se ofrecen con otras denominaciones, como lupas, para hacerle el quite a la prohibición.
Este tipo de lentes genera en el mediano o largo plazo varios problemas.
En primer lugar las gafas de venta libre vienen con una misma medida para ambos lentes, que se mide en dioptrías.
Es un error comprarlas porque, explica Ricardo Arenas Posse, cuando una persona considera que tiene un problema con su vista, debe acudir al profesional bien sea optómetra u oftalmólogo, que es quien debe analizar el caso y medir qué tanta pérdida visual existe, si es que la hay.
Esa medición nunca es igual ni tiene el mismo problema en ambos ojos, anota Arenas. Por eso el especialista es quien debe indicar qué medida se utiliza en cada uno de ellos para así fabricarle el lente indicado.
Al utilizar esas mal llamadas gafas de venta libre se arriesga más la visión porque no se soluciona el problema; se aumenta en el que tenía la medida menor y se agrava en el que presentaba una pérdida más alta.
Otro inconveniente con este tipo de elementos que se ofrecen en comercios es que no están desarrollados con materiales o lentes especializados y en realidad no contribuyen a mitigar los problemas de una visión poco eficiente.
Accidentes caseros
Muchos de los riesgos más recurrentes para la salud visual se encuentran en el entorno más próximo, es decir en el hogar.
Varios de los accidentes que atienden los profesionales médicos y que involucran uno o los dos ojos se deben a la incorrecta manipulación de utensilios o elementos que se usan a diario en la casa, o que por estar mal almacenados quedan al alcance de la curiosidad infantil, por ejemplo.
“Los accidentes oculares caseros son altos. Las personas se descuidan con los objetos de su vida diaria. Tijeras al alcance de los niños, lápices muy afilados, cuchillos que se dejan escurriendo con la punta hacia arriba” son algunos ejemplos comunes, relata el coordinador de salud visual de la organización Santa Lucía.
También llama la atención la disposición que por lo general hace la gente en su casa de líquidos como cloro o ácido muriático, que se ubican con frecuencia en lugares bajos y que un niño puede alcanzarlos con facilidad y exponerse a un contacto accidental de estos abrasivos con sus ojos.
Maneje la luz en el trabajo
La exposición constante a fuentes de luz artificial, como las pantallas de computadores, tabletas, celulares, monitores, también son fuente de afecciones para los ojos.
En estos espacios, aconseja Ricardo Arenas, es importante el manejo que se da a la luz, “se deben evitar los reflejos”.
Aquí también es válido el consejo sobre uso de lentes que ofrece Arenas en los párrafos anteriores.
Esos llamados lentes de descanso no cumplen ninguna función válida. Si no los necesita para trabajar, no haga uso de ellos.
Para que el monitor o la pantalla del equipo en el que trabaja con frecuencia no ocasione problemas visuales en el futuro, la posición de este elemento es importante.
Se debe ubicar de manera que al estar sentado en una correcta posición, la altura de la pantalla esté alineada con sus ojos. Ni por debajo ni por encima de la vista para evitar un sobresfuerzo de sus músculos.
La distancia entre el monitor y los ojos debe ser la que le dé el alcance de su brazo.
La fuente de luz artificial que use en su sitio de trabajo no puede quedar ni al frente ni detrás de usted, para evitar esos reflejos que implican mayor trabajo para el órgano visual. Y si labora cerca a una ventana, debe tener siempre una persiana.
En su jornada laboral debe implementar también las pausas para sus ojos. Lo más aconsejable es que después de unos 30 o 40 minutos de trabajo continuo frente a un monitor, se tome entre un minuto o minuto y medio para descansar con la mirada puesta en el horizonte, y así poder relajar el músculo ocular.
Si el trabajo es en una planta de producción en la que hay exposición al polvo, partículas de materiales diversos, objetos cortopunzantes y manipulación constante de herramientas o soldaduras, es imprescindible el uso de las gafas de seguridad, incluso como una norma obligatoria de salud ocupacional.
Maquillaje adecuado
El uso del maquillaje no debe afectar la salud visual.
Solo en caso de que comiencen a presentarse fenómenos como irritaciones, párpados inflamados u ojos rojos es necesario acudir a un especialista.
“Por lo general se trata de algún tipo de alergia, y eso se resuelve con la utilización de maquillaje antialérgico”, señala Arenas Posse.
El especialista no aconseja la práctica a la que acuden algunas mujeres de depilarse por completo las cejas y reemplazarlas por un tatuaje permanente. “Esta área brinda una protección muy grande al ojo, porque recoge todo el sudor que viene de la cabeza y que puede generar problemas por la suciedad que eso implica. Son una barrera muy importante”.