Reconócelo: ¿cuántas veces has comido cualquier tentempié frente a la pantalla del ordenador (o a veces ni eso)? En épocas de estrés laboral, es realmente fácil no darse ni cuenta de que ha llegado la hora de la comida o apostar por “matar el gusanillo” con cualquier cosa rápida que pillemos en la máquina de comida rápida de la oficina.
Un día no pasa nada. Algunos días, tampoco. El problema viene cuando este (mal) hábito se convierte en algo regular, es el momento de pararse a pensar en el impacto, tanto mental como físico, que esto conlleva en nosotros y en nuestro rendimiento. Estamos de acuerdo que en épocas de mucho trabajo, una hora puede suponer mucho pero si racionalizamos esta acción: ¿a qué precio? Aquí van algunas razones por las que es importante parar y dedicarle tiempo al almuerzo.
- Promueve la productividad: horas y horas de trabajo sin descanso puede producir fatiga mental que a su vez afecta a sus capacidades de pensamiento y resolución de problemas analíticos. Los descansos regulares permiten a nuestro cerebro recargar, dejándole con mayor claridad, la energía y la concentración.
- Te sentirás mucho mejor: ¿a quién no le ha dolido la cabeza por estar mirando la pantalla de ordenador durante tanto tiempo? No solo eso, también nos afecta al estado de ánimo (mal humor). ¿La solución? Es simple. Aléjate al menos durante una hora de tu escritorio, come algo y desconecta.
- Fomenta el compañerismo: la hora del almuerzo es una oportunidad de oro para interactuar con nuestros compañeros de trabajo en un ambiente relajado. A veces resulta difícil no hablar de otra cosa que no sea trabajo, pero incluso así, la sola conversación provoca un impacto positivo tanto en la dinámica del equipo como en la moral de oficina en general.
- Hay que comer, y comer bien: saltarse comidas o sustituirlas por un sándwich o un tentempié no hará, a la larga, nada buena por nuestra salud. Tenemos que ser consciente de la importancia de alimentarnos bien, también en nuestro ámbito profesional; de lo contrario, corremos el riesgo de enfermar, lo que resultaría contraproducente para el cumplimiento de los plazos de trabajo (y nos generaría más estrés).
- Es bueno para nuestra bienestar general: tomarse un tiempo de descanso ayuda a mantener los niveles sanguíneos de presión y el estrés bajo control. Se puede optar por salir a caminar, respirar un poco de aire fresco o incluso practicar algo de ejercicio físico también nos ayudará a mirar las cosas con perspectiva, despejarnos y sentirnos listos para volver a empezar con nuestras tareas profesionales.