Una y otra vez, se nos ha repetido que los accidentes son provocados por nuestros propios errores, nuestra negligencias o por no cumplir con las normas de prevención de accidentes. También provocamos otros accidentes que denominamos incidentes (o casi-accidentes) ya que generalmente nadie resulta lesionado ni se produce ninguna pérdida considerable. Sin embargo los incidentes son una advertencia de que algo anda mal y de que existe algún peligro o condición que necesita ser corregida.
Probablemente, si tuviéramos los datos a nuestro alcance, encontraríamos que la mayoría de los accidentes que no causan lesiones ( los accidentes) son los que se producen con mayor frecuencia. Por ejemplo, si se cae un objeto pesado a nuestro lado, puede que nos lesione un pie, pero puede que no suceda a así. En caso de que no nos lesione lo llamamos incidente, si llega a lesionarnos lo consideramos un accidente. Algunas veces encontramos que en el almacén de la planta se han apilado ciertos materiales en forma desordenada y que durante la noche éstos se han caído debido al almacenamiento inadecuado. Si hubiera habido alguien allí en ese momento, seguramente hubiera resultado lesionado.
Aunque los incidentes no provocan lesiones, son una advertencia que debemos tomar en cuenta porque indica que hay una condición o un error que debe ser corregido para evitar que se repita y se llegue a convertir en un accidente que provoque lesiones o que cause daños a la propiedad.
Han pensado ustedes en ¿Cuál es el factor que realmente puede convertir un incidente en un accidente?
Generalmente el factor que determina que se convierta en un accidente es el tiempo, simplemente una fracción de segundos puede ser responsable de la situación. Piense que en menos de un segundo pueden producirse una serie de hechos que cambien el curso de nuestras vidas, incluso llevarnos a la muerte.
Supongamos que tú vas de regreso a su casa conduciendo tu automóvil y de pronto sale a la calle un niño corriendo detrás de una pelota. Hiciste una maniobra y lograste evitar una tragedia. Que fue lo que hizo que te desviaras en ese ultimo segundo? Otro conductor en ese caso pudo haber golpeado al niño. Lo que sucedió fue que tus reflejos trabajaron con rapidez, que estabas alerta, que conduces con precaución, o también pudo haber sido que los frenos de tu auto funcionan adecuadamente y que tus neumáticos están en buen estado. Podríamos dar una serie de justificaciones, pero lo importante es reconocer que no fue simplemente un factor de suerte lo que previno el accidente, es decir, lo que evitó que el niño fuera atropellado por el auto.
Casi podríamos asegurar además, que esta experiencia influirá en la actitud de Roberto. Lo mas probable es que cuando él pase de nuevo por esa misma calle tenga más precaución y disminuya la velocidad. Ya Roberto sabe que en esa área hay niños jugando y que en cualquier momento puede salir a la calle otro niño.
Tomemos otro ejemplo. Supongamos que hay un derrame de aceite en el suelo y que uno de nosotros lo ve, lo esquiva y no pasa nada. La próxima persona que pasa por el lugar no ve el derrame, lo pisa, resbala y casi se cae, pero logra restablecer su equilibrio. Sin embargo, un poco más tarde pasa por el mismo lugar un tercera persona que tampoco ve el derrame en el suelo, lo pisa, resbala y se cae porque no pudo controlar el equilibrio y el resultado es un fractura de brazo. La conclusión es bastante obvia, el peligro que advirtió la primera persona ocasionó un incidente para la segunda, pero no se corrigió y, por consiguiente, la condición quedó igual provocando finalmente un accidente con lesión en la tercera. Puede ser que el peligro que nos advierten los incidentes lo determine nuestra propia actitud nuestro orden y limpieza, nuestras herramientas o que no cumplimos con las normas establecidas. Los incidentes nos indican claramente que algunos hábitos de trabajo son inadecuados o ineficientes. Ignorar las condiciones que representan peligros potenciales, es proporcionar la posibilidad de que se produzcan accidentes.
Por eso para finalizar quiero recalcar que para el bienestar de todos, debemos estar siempre alertas y corregir toda situación peligrosa que observemos, si no podemos hacerlo por nuestros propios medios, debemos informarlo para que la corrija la persona indicada. Es necesario que mantengamos los ojos muy abiertos y las mentes muy despiertas para descubrir los peligros y no permitir que los incidentes se conviertan luego en lesiones serias y daños. Recordemos siempre que los incidentes son advertencias de los peligros que nos rodean.