Charlas de Seguridad 20 de marzo del 2017 Prevención de Riesgos No hay comentarios
Quienes limpian vidrios o sueldan estructuras de grandes edificios saben lo que es estar ‘cerca del cielo’.
El aire se vuelve diferente y la visión panorámica de la ciudad hace que todo se vea distante y minúsculo. Mientras más arriba se está, las sensaciones de vértigo aumentan, también hay más riesgo de que un paso equivocado sea el último.
Esto lo saben bien quienes enfrentan esta situación a diario y realizan trabajos en los que el temor a las alturas, que está muy presente en las pesadillas de muchos, sea algo para enfrentar a diario. Basta con levantar la mirada hacia los pisos más elevados de los edificios de la ciudad o a las construcciones de cientos de metros de altura para ver a esos valerosos obreros que caminan por espacios reducidos con normalidad y que jamás pueden desconcentrarse de sus actividades.
Pasión por las alturas
“Cuanto más arriba estás, el viento se vuelve más fuerte y te puede empujar contra las ventanas”, dice César Amangandi al pensar en los riesgos a los que están expuestos quienes como él se dedican al negocio de limpieza, pintura y mantenimiento de edificios altos.
Mientras rememora los 15 años en los que ha estado en este mundo, comenta: “Siempre me han gustado las alturas”, “cada vez que subo me siento libre y puedo ver cosas que los demás no” y “la experiencia es similar a estar volando”.
Todos los días visita por lo menos a un edificio alto para realizar obras de limpieza o para rentar sus equipos. Cuando habla de su labor imprime seguridad. Da las indicaciones a quien ese día está capacitándose sobre el manejo del equipo, al tiempo que comenta que, como todo en la vida, al principio todo da miedo, pero que luego se adquiere práctica.
Cuenta que algunos de los edificios más altos en los que él y su equipo han estado son el del hotel Marriot de 22 pisos, uno ubicado en la González Suárez de 27 y el de la Superintendencia de Bancos. Mientras dirige a quienes suben una canastilla, explica que la seguridad y la capacitación son los dos aspectos fundamentales para evitar accidentes.
Él escoge sus implementos dependiendo del trabajo que realizará en la altura”, pero nunca le puede faltar un arnés, unos guantes, los cabos y las seguridades del equipo de apoyo. Por los riesgos que se corre, explica que en su empresa además de la afiliación que tienen con el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) contratan un seguro de accidentes privado. Entre las eventualidades que, según recuerda, son las más frecuentes están las cortaduras por vidrios rotos y los incidentes que provocan los vientos.