La energía solar puede transformarse en electricidad mediante la utilización de paneles fotovoltaicos o de la energía solar por concentración. Los sistemas fotovoltaicos son los más frecuentes y utilizan semiconductores a la luz solar para fabricar electricidad. Existen riesgos laborales en la fabricación y la instalación y, posiblemente, en la eliminación de los paneles fotovoltaicos al final de su vida útil. Se utilizan más de 15 materiales peligrosos para la fabricación de paneles fotovoltaicos.
Pueden surgir muchos peligros de utilizar sustancias químicas junto con el silicio en diversos procesos de fabricación. La fabricación de células fotovoltaicas conlleva asimismo la utilización de una serie de agentes de limpieza potencialmente tóxicos.
Por lo tanto, es preciso proteger a los trabajadores implicados en la fabricación de módulos y componentes fotovoltaicos contra la exposición a estos materiales. Los paneles solares fotovoltaicos tienen el potencial de crear una nueva y gran ola de residuos electrónicos al final de su vida útil (estimada entre 20 y 25 años), y también pueden contener un número creciente de materiales nuevos y emergentes (como el teluro de cadmio y el arseniuro de galio) que plantean problemas complejos de reciclaje en términos de tecnología, seguridad y salud, y protección del medio ambiente.
Algunos peligros físicos a los que se enfrentan los trabajadores al instalar los sistemas de paneles solares son similares a los identificados en el sector de la construcción, pero son nuevos para los electricistas y fontaneros que instalan paneles fotovoltaicos o calentadores de agua solares en los tejados. Entre dichos peligros se cuentan las caídas, la manipulación, las elevadas temperaturas, los espacios reducidos y la electrocución durante las tareas de construcción y mantenimiento. Para el personal de extinción de incendios y los residentes, existe un peligro adicional derivado de los gases provenientes de la quema de los módulos fotovoltaicos en caso de incendio de los edificios. La energía solar por concentración utiliza los rayos solares para calentar un receptor que crea energía mecánica para generar electricidad, a diferencia del sistema fotovoltaico, que utiliza la transformación directa con semiconductores. Los riesgos laborales de la energía solar por concentración se observan en la construcción y el mantenimiento de las instalaciones industriales, como los riesgos eléctricos, las elevadas temperaturas y los riesgos vinculados con la concentración de luz solar.