Para disminuir el riesgo de sufrir una hipotermia la mejor protección es una vestimenta adecuada. Son recomendables las prendas impermeables que eviten el paso de humedad.
Conviene proteger las superficies delicadas o con mayor pérdida de calor como la cabeza (gorros), manos (guantes o mejor manoplas sobre todo en los más pequeños y ancianos), y pies (empleando dos calcetines, de algodón primero y el segundo de lana). Una bufanda nos ayudará a protegernos del viento.
Se recomienda beber abundantes líquidos y tener cuidado con la exposición a bajas temperaturas. No se debe salir cuando el frío sea intenso y es aconsejable vigilar la temperatura en casa, especialmente en el baño (los niños pueden sufrir problemas de hipotermia transitoria –temblor y palidez- simplemente al salir de la bañera con una temperatura ambiental de veinte grados centígrados).