Tener colegas que brinden respaldo no sólo facilita el trabajo diario, sino que además ayudaría a las personas a vivir por más tiempo, según indicó un nuevo estudio. Cómo influye el apoyo social Investigadores de la Universidad de Tel Aviv, en Israel, hallaron que una buena relación con los compañeros de trabajo tenía un impacto sobre el riesgo de mortalidad de las personas y era más pronunciado entre los 38 y los 43 años.
“El apoyo social de los pares, que podría representar cuán bien está integrado socialmente un participante en su ámbito laboral, es un vaticinador fuerte del riesgo de mortalidad por todas las causas”, indicaron los expertos en el estudio, publicado en la revista Health Psychology, de la Asociación Psicológica Estadounidense.
La doctora Arie Shirom y colegas estudiaron los registros médicos de más de 800 trabajadores, seguidos durante 20 años entre 1988 y el 2008, y cuestionarios que medían las demandas laborales, el control sobre el trabajo y el respaldo de los pares y supervisores.
Aunque las quejas sobre los jefes son el tema favorito, el estudio mostró que tener un supervisor que brinda buen respaldo al empleado no tenía impacto sobre la mortalidad.
En tanto, los investigadores hallaron una diferencia pronunciada entre los sexos en lo que hace al impacto de tener control y autoridad de decisión en el trabajo.
En las mujeres, eso elevó el riesgo de mortalidad en el estudio, aunque tuvo un efecto protector sobre los varones. La autoridad para tomar decisiones se basó en la capacidad de los empleados de usar su propia iniciativa, tener influencia en cómo usar sus habilidades y la libertad de tomar decisiones para cumplir tareas.
Shirom explicó esos resultados por el hecho de que la mayoría de las personas del estudio eran trabajadores de “cuello azul”, una categoría laboral en la que los hombres suelen tener altos niveles de control y las mujeres no.
Un tercio de los participantes de la investigación eran mujeres. La jornada promedio era de 8,8 horas. El 80 por ciento estaban casados y tenían hijos y casi la mitad tenía al menos 12 años de educación formal.
Los investigadores controlaron otros factores de riesgo que podían impactar sobre la mortalidad, como los niveles de colesterol, la presión sanguínea, el tabaquismo, el consumo de alcohol y la ansiedad.