Respiración artificial, también conocida como respiración de rescate, una técnica que se utiliza para ayudar a alguien que no respira o que respira de una forma irregular o débil.
En tal caso, se debe empezar la respiración artificial rápidamente, debido a que en unos pocos minutos se pueden producir daños al cerebro cuando se le prive a éste de oxígeno.
Si la víctima se encuentra en una atmósfera con insuficiencia de oxígeno (como la existente en espacios confinados tales como silos, alcantarillados, tanques, bodegas y en algunas excavaciones), se debe trasladar rápidamente a la víctima a una atmósfera segura. Se debe tratar el rescate, sólo si la seguridad del rescatador no está en peligro.
El primer paso para la respiración artificial es determinar si la víctima está inconsciente. De unos golpecitos en el hombro de la persona y pregúntele en voz alta: ¿Está usted bien?. Si la víctima no responde, ayuda e instruya a quien responda al llamado que se ponga en contacto con el personal médico de emergencia que corresponda.
El segundo paso para la respiración artificial es abrir el paso de aire de la víctima. Haga esto colocando una mano debajo del cuello de la víctima cerca de la base del cráneo mientras lo levanta levemente. Al mismo tiempo empuje con la otra mano la frente de la víctima. Esta posición moverá la lengua de la parte de atrás de la garganta, abriendo el paso de aire. Inmediatamente después de colocar la cabeza en una posición inclinada hacia atrás, usted debe observar, oír y sentir el aire. Mientras mantiene la cabeza de la persona en la misma posición, acerque su mejilla y oído cerca de la cara y nariz de la víctima y escuche y sienta si exhale aire. También observe si su tórax sube y baja. Continúe esta comprobación durante unos cinco segundos.
Si usted comprueba que no respira por sí sola, dele dos respiraciones completas consecutivas. Asegúrese de que su cabeza permanece inclinada hacia atrás. Para prevenir una salida de aire, atenace la nariz de la víctima con la mano que usted tiene colocada en su frente. Si usted no recibe un intercambio de aire después de las dos respiraciones profundas, vuelva a posicionar levemente la cabeza de la víctima y trate otra vez. Recuerde también que es posible que una obstrucción mecánica esté impidiendo el intercambio de aire. En ese caso, la víctima necesitará primeros auxilios para atoramiento. Después de abrir el paso de aire y dar dos respiraciones profundas, compruebe el pulso y respiración de la víctima durante por lo menos cinco segundos, pero no más de diez. Para hacer esto: mantenga la cabeza inclinada con su mano en la frente; coloque las yemas de los dedos de su otra mano en la nuez, resbalando los dedos dentro del surco a lo largo del lado del cuello más cerca a usted. Si no hay pulso, la víctima necesita compresión torácica, el próximo paso para la resucitación cardiopulmonar (RCP). (En esta charla no tenemos tiempo para hablar más extensamente sobre la RCP, por esa razón dejaremos este tema para una charla posterior). Si después de esta comprobación usted se da cuenta de que la víctima tiene pulso pero que todavía no respira, continúe con la respiración de rescate. Si la víctima es un adulto, dele una respiración cada cinco segundos. Si se trata de un niño, dele una respiración cada cuatro segundos. Y tratándose de un infante, suminístrele un soplo suave de aire cada tres segundos. Tratándose de infantes, el resto del procedimiento también se diferencia levemente. Al abrir el paso de aire no levante la cabeza hacia atrás tanto como lo tendría que hacer con la de un adulto; respire a través de la nariz y boca del infante en lugar de hacerlo sólo a través de la boca.
Y tratándose de víctimas adultas, una alternativa al método de boca a boca es de boca a nariz. Se debe elegir este método si la boca de la víctima está lesionada de alguna forma o ha estado en contacto con materiales corrosivos o tóxicos. Para utilizar este procedimiento, mantenga la posición reclinada hacia atrás de la cabeza con una mano en la frente de la víctima. Remueva la otra mano de debajo del cuello y ciérrele la boca suavemente. A continuación sople dentro de la nariz de la víctima. Ábrale la boca para mirar, escuchar y sentir si respira. Una cosa más hay que recordar acerca de la respiración artificial: si existe una posibilidad de que la víctima ha sufrido una lesión en el cuello, se debe tener una precaución extraordinaria al reclinar la cabeza para abrir el paso de aire.
En resumen, los pasos para la respiración artificial son estos:
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1. Determine si la víctima está inconsciente.
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2. Abra el paso de aire. Entonces mire, escuche y sienta si respira.
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3. Dele dos respiraciones profundas consecutivas. Otra vez, observe, escuche y sienta si respira.
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4. Continúe dándole respiraciones menos profundas hasta que la víctima respire por sí sola o a usted lo reemplace el personal médico de emergencia.