Imaginemos que vamos a invitar a nuestra familia a comer en un restaurante. Escogemos el lugar, nos hacemos una idea de lo que vamos a pedir y nos dirigimos al lugar esperando pasar un rato agradable y disfrutar de una comida deliciosa.
Llegamos al lugar, el mesero nos dirige a la mesa y tomamos nuestros puestos.
El mesero que nos atiende pregunta como es usual si queremos alguna bebida, toma el pedido y se retira. Unos minutos más tarde, regresa a la mesa y nos pregunta si queremos ver la carta, a lo que respondemos que si. El señor cuenta cabezas, y trae una carta menos de las que se requieren, por lo que uno de nosotros queda con las manos vacías temporalmente. Pero además, las cartas que ha traído están sucias y sus hojas están descuadernadas. Al reclamar por esta falta de aseo, el mesero nos dice que están haciendo tareas de mantenimiento y que se disculpa por los inconvenientes.
Finalmente ordenamos nuestros platos y pasa una persona armada de escoba y nos pide que levantemos los pies para limpiar debajo de la mesa, pues están en mantenimiento. Al llegar la comida, otra persona, esta vez con un mantel, nos solicita amablemente que levantemos los platos, pues por las tareas de mantenimiento se requiere lavar el mantel que se encuentra en la mesa, disculpándose por el malestar que pueda provocarnos.
Después de este mal rato, decidimos irnos del restaurante y en el camino hacia la puerta, resbalamos porque el piso se encuentra húmedo. -nuevamente nos dicen que es debido a las tareas de mantenimiento-. Al llegar finalmente a casa, agradecemos haber superado esta prueba.
Les narro esta historia horrible porque en mayor o menor medida podríamos encontrar una situación igualmente desagradable pero probablemente mucho más peligrosa en nuestro sitio de trabajo.
¡Ninguna actividad de mantenimiento requiere de personal ajeno a la actividad misma!
Lo primero que debemos hacer es evitar cualquier acceso de personas extrañas a la actividad específica. Volviendo al restaurante, es tan fastidioso para nosotros como incómodo para los trabajadores contar con personas que no facilitan lo que vamos a hacer; sea comer o limpiar.
Por otra parte, los extraños no tienen la información suficiente. En un principio no se les comunicó que estaban en mantenimiento, ni que el piso estaba húmedo.
Pensemos ahora en nuestra operación:
Cuando hacemos trabajos de mantenimiento…
- ¿Aislamos el área?
- ¿Además de aislar el área, instalamos avisos que indiquen el paso restringido?
- ¿Dentro del área de trabajo todos conocemos los trabajos que se ejecutan?
- ¿Los involucrados conocen los riesgos del trabajo?
- ¿Las fuentes de energía se bloquean adecuadamente?
- ¿Usamos candados u otros dispositivos de bloqueo debidamente identificados y con llaves individuales para reducir los riesgos?
- ¿Si se realizan operaciones simultáneas peligrosas como usar solventes y soldar, se toman las medidas necesarias?
- ¿Hay siempre un supervisor de la operación disponible para verificar el cumplimiento de los procedimientos?