Las ERUPCIONES VOLCÁNICAS son el resultado del ascenso del magma y de los gases que se encuentran en el depósito interno del volcán. En este sentido, las erupciones están compuestas por una mezcla de magma, gases volcánicos y fragmentos de roca del cerro o montaña que se rompe. Los productos de las erupciones pueden manifestarse como flujos de lava, flujos piroclásticos (gas y lava), lluvia de cenizas y emisiones de gas, entre otros. De todos los peligros volcánicos la lluvia de cenizas es la que abarca una mayor superficie y afecta a un mayor número de personas y bienes materiales.
REGIONES QUE AFECTA EN ARGENTINA:
En la Cordillera de los Andes existen numerosos volcanes activos. En Argentina, según el Instituto Geográfico Nacional, se registran 37 ubicados en las provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz.
EFECTOS SOBRE LA SALUD:
Las lesiones traumáticas inmediatas se deben por lo general al contacto con el material volcánico. Las cenizas sobrecalentadas, los gases, las rocas y el magma suelen causar quemaduras graves. Por su parte, la caída de rocas y piedras puede ocasionar fracturas óseas y otras lesiones por aplastamiento. Los gases pueden generar graves cuadros respiratorios y de intoxicación.
Lluvia de cenizas: Este fenómeno en particular puede ocasionar:
1. Síntomas respiratorios agudos. Por ejemplo: irritación y secreción nasal, irritación y dolor de garganta, irritación de las vías respiratorias en personas con asma o bronquitis.
2. Síntomas oftalmológicos. Por ejemplo: conjuntivitis, abrasiones de la córnea, entre otros.
3. Irritación de la piel. Por ejemplo: dermatitis, alergias, entre otros.
Por otro lado, la lluvia de cenizas produce una niebla que reduce la visibilidad, aumentando el riesgo de accidentes vehiculares. La ceniza se puede acumular en techos y producir derrumbes. Además, puede contaminar el agua para consumo humano y causar enfermedades digestivas.
MORTALIDAD:
De no haber un aviso previo, la mortalidad puede ser alta. Sin embargo, el fenómeno más común en Argentina es la lluvia de cenizas, que presenta índices bajos de mortalidad.
MEDIDAS DE PREVENCIÓN:
Cuando existen poblaciones cerca de un volcán que muestra signos de actividad, la principal medida es la evacuación temprana de los habitantes a sitios alejados de las zonas expuestas. Asimismo, los municipios no deben permitir instalar nuevas viviendas en zonas muy cercanas a volcanes activos. Cuando hay lluvia de cenizas, se recomienda que las personas permanezcan en el interior de las viviendas o instituciones y, si deben exponerse al aire libre, se sugiere la utilización de máscaras protectoras (o pañuelos de trama fina o barbijos dobles, como sustitutos) para retener las partículas respirables. También es importante cuidar que la piel no entre en contacto con las cenizas, utilizando vestimenta adecuada (mangas largas, guantes, botas).
SALUD AMBIENTAL:
Agua potable y cloacas: Las fuentes de agua natural (ríos, reservorios) y de agua potable, pueden contaminarse como resultado de la actividad en el interior del volcán por de las lluvias densas de cenizas. Además, la acumulación abundante de cenizas puede obstruir drenajes y alcantarillas y dañar la maquinaria en las plantas de tratamiento de agua. En caso de sobrevenir lluvia ácida, ésta puede corroer cañerías y techos y contaminar fuentes de agua en cisternas al aire libre.
Caminos y rutas: La lluvia de cenizas, que a veces se prolonga durante muchas horas, puede bloquear los caminos y reducir la visibilidad durante días.
Viviendas y edificios: Se pueden dañar severamente las viviendas y edificios que se encuentren en las cercanías del volcán si hubo desplazamientos de lava (por ejemplo, la acumulación de cenizas en techos, puede provocar derrumbes).
SITUACIÓN CON LOS ALIMENTOS:
Cuando las cenizas son abundantes y cubren grandes extensiones, pueden afectar a la vegetación y los cultivos y, por consiguiente, a los animales. Del mismo modo, puede haber escasez de alimentos si se interrumpen las vías de acceso.
SERVICIOS DE SALUD:
La ubicación de los servicios de salud en zonas de alto riesgo volcánico implica la posibilidad de que se vean afectados directamente y de reducir su capacidad de atención por varias razones: deterioro de infraestructura, aislamiento por daño en vías de transporte, interrupción de servicios de agua, etc. Asimismo, en hospitales y centros de salud se puede producir un incremento en la demanda de servicios.