La conjuntivitis es el término utilizado para describir la inflamación de la conjuntiva, la membrana o tela delgada que cubre la parte interior de sus párpados, y la parte blanca del ojo (también llamada esclera o esclerótica). Es algunas veces llamada “ojo rojo” y puede ser causada por una infección bacterial, alergias o irritantes del medio ambiente.
Los síntomas de la conjuntivitis incluyen:
- Inflamación del ojo
- Incremento de lagrimeo
- Irritación del ojo
- Sensación de cuerpo extraño en el ojo
- Picazón en el ojo
- Visión opaca o borrosa debido a la producción de moco o pus
- Exceso de moco o pus
- Formación de costra en las pestañas por la mañana
Variedades
La conjuntivitis viral es mucho más común que la bacterial. Puede durar varias semanas y por lo general está acompañada por una infección respiratoria (o gripe). Usualmente, las gotas antibióticas o ungüentos no sirven para curarla, pero un tratamiento de los síntomas a través de compresas de agua fría o gotas descongestionantes para ojos sin prescripción pueden usarse mientras dure la infección.
La conjuntivitis bacterial es menos común y se caracteriza por una producción considerable de pus. Algunas infecciones bacteriales son más crónicas que otras y pueden producir poca o ninguna supuración con la excepción de una ligera formación de costra en las pestañas en la mañana. La conjuntivitis bacterial puede ser tratada con una variedad de gotas antibióticas o ungüentos. Estos tratamientos usualmente curan la infección en uno o dos días.
Otro tipo de conjuntivitis es la causada por alergias, que ocurre con frecuencia durante la primavera y el otoño. La sensación de rasquiña o picazón es común en esta variedad, pero puede ser tratada con gotas para ojos. Sin embargo, es importante no usar medicamentos que contengan esteroides si el oftalmólogo no lo ha prescrito. Los nombres de los esteroides generalmente terminan en “-one” o “-dex” para inglés, y “-ona” o “-dex” para español.
Sin importar su origen, la conjuntivitis no debe causar trastornos en la visión. Otras condiciones serias como un daño a la córnea, un caso severo de glaucoma, o una irritación dentro del ojo pueden causar que la conjuntiva se inflame y se enrojezca. Si su condición de “ojo rojo” afecta su visión o causa dolor en el ojo, usted debe ver a un oftalmólogo.
Prevención
La conjuntivitis puede ser muy contagiosa. La práctica de una buena higiene puede ayudar a prevenir la transmisión de la conjuntivitis. Si usted ha sido infectado, usted debe:
- Evitar reusar pañuelos y toallas para limpiar su cara y sus ojos;
- No compartir toallas, fundas para almohadas o maquillaje;
- Lavar sus manos con frecuencia;
- No tocar sus ojos con las manos;
- Reemplazar sus cosméticos para ojos con regularidad;
- Limpiar sus lentes de contacto apropiadamente;
- No usar piscinas y considerar quedarse en casa en lugar de ir a la escuela o el trabajo.