Ahora, y hasta que haya nuevos estudios, la de la OMS es la única conclusión creíble que tenemos en este asunto. Una conclusión, por otro lado, verosímil. Que una radio que emite frecuencias de 850 o 1900 MHz con la energía suficiente para alcanzar la antena más cercana (más de 250 mW) sea 100% inofensiva es bastante poco probable. Viceversa, que los celulares sean tan cancerígenos como el tabaco, una dosis excesiva de rayos X o el gas mostaza cuando hace 15 años que hay millones de personas usándolos sin que hayamos tenido una epidemia de cáncer de cerebro, suena igualmente poco aceptable.
Durante una década me vienen preguntando si es cierto o no que los celulares producen cáncer de cerebro. Obviamente, no era mucho lo que podía responder, si sólo esta semana la Organización Mundial de la Salud logró sacar algo en limpio. Pero debo decir que el asunto me molestaba bastante. Interrogante legítimo, además, porque hay 5000 millones de personas que usan celular no porque sea cool, sino porque es indispensable.
Aceptémoslo de una vez. Si mañana descubren que hablar por un móvil es tan malo como nadar en el Riachuelo, entonces los ingenieros van a tener que arreglárselas para inventar algo que no haga daño y cumpla la misma función. No sólo nos hemos habituado al celular, no es solamente cosa de confort; hemos basado buena parte del funcionamiento de la economía sobre el supuesto de que podemos hablar en cualquier momento y desde cualquier lugar. Mire alrededor: el móvil es la herramienta de trabajo más difundida, ubicua y práctica que hemos desarrollado. Si usted sale sin él, posiblemente regrese a buscarlo. Para no pocos es peor perder el celular que la billetera. No sé si esta dependencia del móvil es buena o mala, no es el punto. Y me encanta contar con el celular, además.
Como el celular no es un opcional, la respuesta a la pregunta de si es seguro usarlo se vuelve apremiante. Pese a esto, no podía responder nada concreto. Es más, llegó un punto en el que me dije: ¿y qué pensás hacer vos con tu uso del celular? Tengo uno desde 1995, así que estoy en un grupo de riesgo. ¿Cuál sería la práctica más razonable?
Desde que me lo planteé en esos términos, las cosas se me aclararon bastante, porque dejó de ser un asunto abstracto, y, al menos, pude tener una serie de consejos para ofrecerles a las personas que me consultaban; los mismos que puse en práctica para mi relación con el celu. Lo dije hace unos días en un programa de radio: no sabemos si el uso del celular es dañino o no, así que lo más prudente sería usar audífonos cableados, sobre todo si necesitamos hablar mucho cada día, todos los días.
Esto es, también, lo que aconsejaron esta semana, haciéndose eco de la declaración de la OMS, varios oncólogos. Traducido: de momento tenemos poca evidencia, así que el mejor consejo que podemos darle es: «Sea prudente». La OMS, dicho sea de paso, ha hecho hincapié en la necesidad de seguir investigando.