Las cenizas son fragmentos finos de roca, que se forman durante las erupciones volcánicas, por avalanchas de piedra caliente que bajan por las laderas o por salpicaduras de la lava, que luego se eyectan por el viento volcánico.
La apariencia de las cenizas depende del tipo de volcán y de erupción. Pueden variar de color (gris claro a negro) y de tamaño (de pequeñas partículas de 2 mm de diámetro a polvo fino tipo talco). Tienen la capacidad de mantenerse suspendidas en el aire y bloquear la luz del sol, reduciendo la visibilidad hasta provocar intensa oscuridad a pleno día. En ocasiones, se generan relámpagos y truenos durante las erupciones, fruto de la fricción entre las partículas suspendidas sobre el volcán o fumarolas a medida que se mueven con el viento.