Yo sé que todos ustedes, como yo, quieren tener un buen récord de accidentes, pero un buen récord de accidentes no es suficiente, tenemos que aspirar a tener un récord mejor que bueno, excelente. En otras palabras, nuestra aspiración debe ser siempre mejorar nuestro récord.
Con esta charla quiero demostrarles de qué forma la despreocupación al no informar las lesiones más leves, impide mejorar el récord de accidentes. Estoy seguro que al concluir esta charla tendremos a nuestra disposición medios eficaces para reducir el índice de lesiones.
Cuando ustedes sufren una cortadura o quemadura profunda, ¿qué hacen?… Muy bien, muy bien, como ha dicho X…., van a Primeros Auxilios (o a la enfermería) a que les curen. Ustedes saben que necesitan ayuda y que la sala de Primeros Auxilios es el lugar adecuado para obtenerla.
Pero, ¿qué hacen cuando se rasguñan, les entra una astilla en el dedo o se les introduce una mota de aserrín al ojo? Díganme, ¿suelen ir generalmente a Primeros Auxilios para que les atiendan? No, ustedes mismos se curan a voces con la ayuda de un compañero.
Creo que conozco algunas de las razones de por qué no acuden a la Sala de Primeros Auxilios en casos así. Quizás ustedes creen que me opongo a que abandonen el departamento por algo “insignificante”. O quizás piensen que el informar lesiones leves empañará su buen récord de accidentes. O también es posible que si se enteran los compañeros de trabajo se reirán de ustedes y los tratarán de niñas.
En nuestra planta se exige que se informen todas las lesiones, por muy leves que sean. Muchos de ustedes quizás no se den cuenta que las lesiones que se clasifican como leves, a veces terminan por causar más problemas que las graves y pueden incluso ser fatales.
No presten atención a los consejos caseros que suelen circular por la planta, como ponerse jugo de tabaco encima de una herida para desinfectarla o chupar una cortadura para extraer el veneno. Estos remedios, la mayoría de las veces, suelen agravar el problema.
Los gérmenes que causan más problemas están presentes en todos los lugares—en la piel, en el aire, en el piso, en las manos de sus compañeros «samaritanos», y se introducen en el organismo con toda facilidad. Estos invasores generalmente no causan mayor problema si permanecen en el exterior de la piel, pero tan pronto como encuentran un medio fácil para introducirse, aunque sea una cortadura pequeña en la piel, se introducen rápidamente y empiezan a causar problemas serios. En poco tiempo se empieza a sentir dolor, quizás alguna parte del cuerpo se inflama, y se puede tener fiebre. En muchos casos, cuando se sienten estos síntomas, ya suele ser demasiado tarde para tomar medidas eficaces.
¿Sabían ustedes que en tan sólo seis horas un germen puede multiplicarse hasta producir 4000?, ¿Habían oído alguna vez que un germen puede trasladarse de un dedo a un hombro en menos de 10 minutos. Esa es la razón de por qué es tan importante informar las lesiones leves lo antes posible.
Hoy día hay muchos remedios farmacéuticos para matar estos gérmenes o por lo menos frenar su expansión y crecimiento, pero los medicamentos a veces tampoco son del todo eficaces. Si no producen los efectos que se esperan, ustedes serán quienes deberán experimentar los dolores y sufrimientos, por no haber acudido rápidamente a Primeros Auxilios.
Algunas veces he oído decir a algunos de ustedes que no hay nadie que haga el trabajo que hacen ustedes mejor que ustedes mismos. ¿Por qué? Simplemente porque ustedes recibieron un buen entrenamiento y han acumulado una experiencia de muchos años. Lo mismo piensan nuestros médicos y enfermeros, que ellos han recibido muchos años de entrenamiento en su profesión y saben mucho mejor que ustedes lo que necesitan cuando se lesionan.
Ustedes ni yo sabemos las consecuencias que puede tener una lesión leve, por esa razón, siempre que nos lesionemos, aunque sea levemente, vayamos a Primeros Auxilios y dejémosles a nuestros médicos y enfermeras que decidan qué es lo que necesitamos.