Al principio los dedos de su mano izquierda le cosquilleaban, como la sensación de agujas imaginarias que sentía con frecuencia cuando se le dormía la mano. Esta vez, sin embargo, Julia, una mecanógrafa en una oficina de una compañía de manufactura no pudo ‘despertar’ a su mano. En unas pocas semanas ‘se le endureció’ y le empezó a doler mucho y la sensación de agujas imaginarias las empezó a experimentar…Seguir leyendo