Los ciclones están situados en una conducción de gases y tienen como finalidad el decantar el polvo contenido en la corriente de aire que lo atraviesa. Consisten en un cilindro prolongado en su parte inferior por un cono. El aire (aspirado por el ventilador) con material penetra tangencialmente en el cilindro por la parte superior y, por el efecto de rotación, las partículas de polvo o material se centrifugan y decantan. Al mismo tiempo el aire sufre una expansión, por lo que pierde velocidad y las partículas en suspensión caen por la acción de la gravedad. Sólo las partículas finas salen por el tubo de inmersión.
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