Investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) hallaron, mediante un estudio aplicado a conductores del servicio de transporte público, que entre mayor es la exposición a contaminantes del medio ambiente, la capacidad pulmonar disminuye.
Los especialistas recomendaron instrumentar acciones encaminadas a mejorar la salud laboral de los operadores de transporte público, entre ellas está la necesidad de reducir a cada año la revisión médica que se les practica cada tres años al cambiar la licencia-tarjetón.
El proyecto, centrado en los efectos que provoca exponerse durante 10 o más horas a los contaminantes ambientales, fue desarrollado por Edgar Ruiz Quiterio, quien obtuvo con esta investigación el grado de maestro en ciencias en salud ocupacional, seguridad e higiene.
Lo anterior, con la asesoría de la investigadora de la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía, Guadalupe González Díaz, junto con quien determinó que las pruebas pulmonares de 36% de los trabajadores del volante evaluados mostraron alteraciones.
El estudio incluyó la valoración a 36 operadores de microbús, de entre 40 y 77 años de edad, y que han desempeñado ese oficio entre 13 y 50 años ininterrumpidos, y ninguno de ellos había sido diagnosticado con alguna patología pulmonar asociada a contaminantes ambientales.
Los resultados de las espirometrías (serie de pruebas respiratorias que miden la magnitud absoluta de las capacidades y los volúmenes pulmonares) evidenciaron que 36.12% del total de la muestra contaba con alteraciones.
De esa cifra, 19.3% mostraron patrones obstructivos: Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), en tanto que el 16.6% restante manifestó problemas posiblemente asociados a ventilación y fibrosis.
En dicha investigación se corroboró la hipótesis de que los operadores de microbús con mayor antigüedad laboral tienen más problemas pulmonares, al establecerse una relación entre esta actividad y la disminución de la capacidad pulmonar, así como la reducción del flujo de aire para el apropiado intercambio gaseoso.
Recomendaron que la revisión médica a los choferes incluya la realización de una espirometría para determinar si el conductor posee condiciones de salud adecuadas para desempeñar su labor y evitar complicaciones por patologías cardiopulmonares.
Edgar Ruiz y Guadalupe González explicaron que de acuerdo con los resultados obtenidos, las autoridades correspondientes en materia ambiental pueden tomar como marcadores biológicos a este tipo de trabajadores, ya que los resultados de sus estudios pueden ser un parámetro de las repercusiones que tiene la contaminación en la salud.
Los expertos consideraron que el problema de la contaminación ambiental en la Zona Metropolitana del Valle de México debe abordarse desde un punto de vista interdisciplinario.
Destacaron la necesidad de desarrollar un programa integral en el que se incluyan, entre otros expertos, a los de salud ocupacional, a fin de realizar estrategias, no sólo enfocadas al trabajador, sino también a la salud ambiental.
Finalizaron que dichas estrategias deben incluir un análisis de espirometría en los operadores, que permitan visualizar un perfil de los candidatos para operar los vehículos, pues hay personas que no tienen las condiciones adecuadas de salud para operar una unidad.