La mayoría de los accidentes eléctricos se dan en el trabajo y el hogar. Muchos se producen por negligencia.
La primera reacción es desconectar la corriente. Para aislarte, usa calzado y guantes de goma o súbase a una tabla. Si el accidentado queda unido al conducto eléctrico, sepáralo con una madera seca. Revise sus signos vitales, si se encuentra inconsciente realícele reanimación cardiopulmonar. No coloques agua en sus quemaduras. Urgente llévelo a un centro asistencial.
En caso de que el accidente fuera provocado por una línea de alto voltaje, nunca te acerques más de seis metros a la persona que está sufriendo el accidente eléctrico. No toques a la persona si sigue en contacto con la electricidad, y mucho menos con las manos desnudas. No mover a la persona después de detener la electricidad, a menos que sea estrictamente necesario, como por ejemplo si hay riesgo de incendios o de explosión.
A las quemaduras por electricidad no hay que aplicarles pomadas, hielo, vendajes o ungüentos. Sólo paños o gasas limpias.
No retirar piel muerta de las quemaduras, así como las ampollas, si la persona afectada las presenta.
No abandonar nunca a la víctima hasta la llegada de los profesionales sanitarios.