El aumento de la temperatura global cambió las aguas de modo impensado y los océanos peligran aunque no nos demos cuenta. Cuando observamos el mar en toda su inmensidad desde una costa, parece casi imposible que nosotros, los pequeños humanos, podamos haberlo dañado en toda su magnitud. Y, sin embargo, no hay porción del océano que no hayamos perturbado. No sólo porque lo hemos ensuciado con productos químicos inexistentes en…Seguir leyendo