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Con temperaturas de infierno, buscan proteger a los trabajadores al aire libre
Charlas de Seguridad 12 de marzo del 2020 Prevención de Riesgos No hay comentarios
El mes pasado, en un día que fue sofocante incluso para los estándares de Phoenix, Filiberto Lares sabía que no estaba bien. Como abastecedor de aviones, dijo que había pasado horas moviéndose entre el asfalto escaldado y un camión sin aire acondicionado. Lares, de 51 años, se deshidrató y desarrolló una fiebre que lo mantendría sin trabajar durante cuatro días, sin paga. No era la primera vez que pasaba esto.
“Honestamente, nunca imaginé que viviría una
situación como ésta en los Estados Unidos, especialmente en una
industria tan valorada como la de las aerolíneas”, dijo en español.
Es una escena que ocurre en las pistas de los aeropuertos, en los campos agrícolas y en obras de construcción en todo el país: trabajadores se enferman después de trabajar en condiciones de calor o humedad durante largas horas sin suficiente agua y descanso.
Durante la última década, más de 350 trabajadores en todo el país han muerto a causa de enfermedades relacionadas con el calor, según datos compilados por la Oficina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos. Decenas de miles han sufrido afecciones vinculadas al calor lo suficientemente graves como para faltar al menos un día al trabajo.
Durante años, líderes laborales han pedido al gobierno federal que cree regulaciones nacionales que establezcan los pasos que los empleadores deben tomar para mantener a los trabajadores seguros cuando hace calor. El miércoles 10 de julio, los representantes nacionales Judy Chu (demócrata de California) y Raúl Grijalva (demócrata de Arizona) presentaron una legislación que, por primera vez, requeriría que la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional creara normas para el lugar de trabajo relacionadas con el calor.
Actualmente, solo tres estados tienen normas laborales relacionadas con el calor: las de California y Washington protegen a los trabajadores al aire libre; y la de Minnesota, a los que trabajan en interiores. Las regulaciones de California, desarrolladas hace más de una década en respuesta a una serie de muertes de trabajadores agrícolas, se consideran ampliamente como el estándar de oro, y expertos dicen que la experiencia del estado es instructiva en términos de lo que se necesitaría para que una ley nacional prevenga miles de lesiones que cada año.
“[El calor] no es un inconveniente ni una molestia”, dijo Marc Schenker, profesor de la Universidad de California-Davis, quien investiga los efectos del trabajo agrícola en la salud. “Es muy real, con consecuencias que pueden ir de mínimas a fatales”.
En el nivel federal, el estrés relacionado con el calor está regulado únicamente por la norma general de que los empleadores deben crear condiciones de trabajo seguras. En ausencia de regulaciones específicas, esa norma es difícil de hacer cumplir. En el caso de Lares, dijo que su empleador tiene, en los libros, una regla que exige un descanso de 10 minutos cada dos horas cuando las temperaturas superan los 95 grados Fahrenheit, y que los camiones sin aire acondicionado no deben contar como sombra. Pero dijo que hacerles preguntas a los gerentes sobre la aplicación de la norma solo le generó citaciones, y su sindicato tuvo que intervenir para evitar que lo despidieran.
El Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH), que forma parte de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), tiene recomendaciones para abordar el estrés por el calor en el lugar de trabajo, pero no un mecanismo para hacerlas cumplir. Los principios son bastante simples: proporcionar suficiente sombra y descanso cuando hace calor (lo que se considera caliente depende de cuán pesado sea el trabajo), y suficiente agua para beber.
Debido a que la mayoría de las enfermedades relacionadas con el calor ocurren durante los primeros días en el trabajo, los empleadores deben permitir que los trabajadores se aclimaten y entrenen para detectar signos de estrés por calor, de acuerdo con las recomendaciones. Eso podría haber evitado la muerte de Miguel Ángel Guzmán Chávez, quien falleció el año pasado a causa de un golpe de calor mientras recogía tomates en Georgia, solo días después de haber llegado a los Estados Unidos.
Florida, un importante vendedor de helechos, cítricos y tomates, ofrece un excelente ejemplo de los peligros. El año pasado, las temperaturas se dispararon por encima de los umbrales que NIOSH considera seguros para el trabajo muy pesado en más del 70% de los días, de mayo a septiembre, en todos los condados, según un informe de Public Citizen, un grupo de defensa del consumidor sin fines de lucro.
En 2015, investigadores de la Universidad de Emory realizaron un estudio con trabajadores agrícolas de Florida, a los que se les pidió que ingirieran pequeños dispositivos, del tamaño de una vitamina, que podrían hacer un seguimiento de la temperatura corporal central. Descubrieron que 4 de cada 5 trabajadores experimentaban temperaturas corporales que excedían el límite recomendado de 100.4 grados Fahrenheit en al menos uno de los tres días en que fueron monitoreados. Y casi el 85% de los trabajadores reportaron síntomas de enfermedades relacionadas con el calor, como mareos, confusión, desmayos, náuseas y dolores de cabeza.
“Las personas se enfocan en las muertes porque
son tan trágicas y dramáticas”, dijo Jeannie Economos, coordinadora de
salud ambiental de la Farmworker Association of Florida y colaboradora
en los estudios de Public Citizen y Emory. “Pero no tienes que esperar a
que alguien muera para preocuparte por el calor. El calor es tan
debilitante de muchas otras maneras”.
California desarrolló sus estándares sobre el calor en 2005, luego que 10 trabajadores, incluidos cuatro trabajadores agrícolas, murieran a causa de la exposición excesiva al calor, en cuestión de meses. La legislación requiere agua, descanso y sombra para los trabajadores al aire libre, así como educación. Al principio, el estado hizo poco para hacer cumplir la ley, dijo Leydy Rangel, portavoz de la United Farm Workers Foundation (UFW). No fue hasta que murieron varios trabajadores agrícolas más, incluida una adolescente embarazada, y se presentaron múltiples demandas, que los reguladores estatales intensificaron la supervisión, expresó.
A falta de estándares federales, algunos empleadores han implementado cambios por su cuenta, con resultados dramáticos.
Hace una década, la ciudad de Waco, Texas, quiso
hacer algo con respecto a las enfermedades costosas que los empleados al
aire libre estaban experimentando debido al calor. La ciudad del centro
de Texas tiene regularmente temperaturas superiores a los 100 grados
Fahrenheit. Los trabajadores que pavimentaban caminos o arreglaban los
parques de la ciudad se estaban enfermando, dijo la doctora Ronda
McCarthy, directora médica de la ciudad en ese entonces.
Desde 2011 hasta 2017, el equipo de McCarthy capacitó a los empleados en prevención, y examinó a los trabajadores para detectar enfermedades como diabetes o hipertensión, que podrían aumentar el riesgo de enfermedades relacionadas con el calor. A algunas personas que eran susceptibles se les modificaron las tareas hasta que lograron controlar otros problemas de salud.
Pero los cambios más importantes se produjeron al trabajar con los gerentes para brindar más descansos y garantizar un suministro de agua adecuado, y para comenzar los trabajos más riesgosos temprano, cuando no hacía tanto calor, o intercambiar las tareas más difíciles con mayor frecuencia.
Para 2016, las enfermedades relacionadas con el calor se habían reducido prácticamente a cero, y los costos medios de compensación de los trabajadores se redujeron a la mitad.