(Atarfe, España) Una niña de trece años falleció la noche del pasado viernes en Atarfe tras sufrir un accidente doméstico, causado presumiblemente por la fatal combinación entre la electricidad y el agua. La mala nueva, que trascendió durante la mañana de ayer, sacudió a los vecinos de la víctima y de toda la localidad del Área Metropolitana. La conmoción y el pesar se fueron extendiendo a medida que la funesta noticia iba recorriendo el municipio.
La infortunada víctima era trilliza en una familia numerosa y de extracción humilde, según explicó a IDEAL el alcalde de Atarfe, Franciso Rodríguez Quesada, poco después de acercarse hasta la casa funeraria para expresar sus condolencias y su apoyo a los allegados de la fallecida.
Además de dos trillizos, la desdichada joven tenía otro hermano más pequeño. Los cuatro vivían junto a su madre, que está separada, en una modesta casa de la calle Menéndez Pelayo de la localidad, una zona poblada, en general, por personas de pocos recursos.
Fue allí donde ocurrió el desgraciado accidente que le costó la vida a la menor, un siniestro muy poco habitual. El destino se confabuló para crear las condiciones de un suceso con escasos precedentes en España.
Secador de pelo
Ocurrió alrededor de las once de la noche del pasado viernes. La niña estaba en la ducha y nada hacía presagiar la tragedia que estaba a punto de acontecer. En un momento dado, la chiquilla debió coger el secador de pelo y se produjo el fatal contacto entre el agua y la electricidad. El resultado de esa combinación fue una violenta descarga que fulminó a la chica. Instantes después, según indicaron fuentes de la investigación, la madre entró en el baño y se encontró a su hija tendida en el suelo. De inmediato, dio aviso a los servicios de emergencia, pero ya nada pudieron hacer para revivir a la adolescente.
Ya a primera hora de la madrugada de ayer sábado, tenía lugar el levantamiento del cadáver.
La Guardia Civil confirmó a este periódico que el origen del accidente pudo estar en el secador de pelo, aunque los medios consultados indicaron que hay una investigación abierta para tratar de aclarar el caso en todos sus extremos. Es decir, que será el juzgado encargado del caso el que deberá determinar lo que ocurrió.
Sea como fuere, la combinación entre el agua la electricidad es muy peligrosa. El problema reside en que el agua ofrece una resistencia mínima al paso de la corriente. Así que la piel mojada de una persona sería un imán que ‘amplificaría’ cualquier descarga hasta convertirla en un arma potencialmente mortal.