Todos los días a toda hora nos confrontamos a riesgos de los más variados, y muchos de ellos se encuentran fuera del trabajo, están en nuestra casa, en la escuela, en la vida social y de manera especial en la cotidianeidad del tránsito.
Cada uno de nosotros, diariamente recorre grandes distancias para ir y volver del trabajo, muchas veces es preciso inclusive, ir de un área de trabajo hacia otra en automóvil o motocicleta. De esa manera, estamos frecuentemente conviviendo con los riesgos en las calles y carreteras. De pronto nos enteramos que un colega, un amigo cercano o hasta un familiar estuvo involucrado en un accidente de tránsito. Nosotros sabemos cuán importante es reducir los problemas provocados por esos accidentes, solo que estos continúan sucediendo y muchos de nosotros permanecemos pensando que esas cosas solo le suceden a los otros, y a aquellos que uno conoce difícilmente le sucederá.¿Hasta dónde llegaremos en esa condición? ¿Qué podemos hacer para contribuir con mejores números, con situaciones menos arriesgadas y con menos sufrimiento y pérdidas? Nada puede cambiar sin metas y objetivos definidos. Solamente cambiamos algo cuando asumimos responsabilidades, esto presupone hacer alguna cosa aún desde lo más mínimo. Mejorar la seguridad del tránsito, esa es nuestra meta. ¿Cómo lo lograremos?
- Respetar a los otros, las reglas y señales ya es un buen comienzo;
- No ingerir bebidas alcohólicas antes de conducir;
- Responsabilizarse por el buen mantenimiento del vehículo; No usar el automóvil para exhibición y sí para traslados tranquilos;
- Colaborar con campañas de prevención orientando a los distraídos, comprometiendo a todos en la búsqueda de la preservación de la vida;
- Siempre que se pueda, pensar en el tema y asumir una postura de cambio.
CONSEJOS IMPORTANTES
- Es fundamental que respetemos a los demás, las reglas y la señalización en el tránsito.