También conocido como burnout, se trata de uno de los llamados “males de siglo”. A quiénes afecta, bajo qué condiciones y cuáles son las recomendaciones para evitarlo.

Las sociedades modernas han traído consigo una cantidad de beneficios y comodidades para el ser humano de la mano de la tecnología y los avances médicos, por ejemplo.
El mundo del trabajo también se ha transformado modificando el rol de los sujetos: de simples ejecutores de tareas se ha pasado a trabajadores que aspiran a desempeñarse en empleos que les permitan tomar decisiones con cierta autonomía, realizar tareas significativas y con impacto social.
Esos son los trabajadores más proclives a ser víctimas del “síndrome de cabeza quemada”, una vez que sus aspiraciones profesionales se ven frustradas por una realidad cada vez más compleja. Otras causas pueden ser el “inmovilismo” laboral y el desempleo.
Es allí donde la psiquis, el cuerpo y el comportamiento comienzan a verse afectados en distintos niveles, experimentando agotamiento, falta de energía, malhumor, insensibilidad y hasta cinismo. Todas estas conductas colaboran con una baja eficacia laboral.
Entre los síntomas de quienes padecen este mal se cuentan palpitaciones, taquicardias, pinchazos en el pecho, aumento de la tensión arterial, dolores musculares, contracturas, dolores de cabeza, dificultades digestivas, inapetencia, disminución del deseo sexual y dificultades en el sueño.
¿Cuál es la diferencia entonces entre burnout y el clásico estrés laboral?
El psiquiatra y especialista de la Universidad de Zaragoza Javier García Campayo, en diálogo con Infobae América, explicó que el estrés laboral es solo la primera fase del burnout: el síndrome de “cabeza quemada” aparece cuando el estrés laboral se vuelve crónico.
Las profesiones más afectadas por este síndrome son las que tienen un costado claramente vocacional y de servicio al otro, en las que existe una alta implicación entre el sujeto que presta el trabajo y el sujeto receptor del mismo.
Aquí, el listado de las profesiones más afectadas por el burnout:
- Docentes
- Enfermeros
- Médicos
- Psicólogos
- Asistentes geriátricos
- Comerciales
- Abogados