Más de 160 mil trabajadores desalud corren el riesgo de contagiarse de enfermedades como hepatitis B, hepatitis C, VIH-Sida, debido a las condiciones inseguras en el uso de material punzocortante como agujas, jeringas y bisturís, afirmó John Astete, presidente de la Sociedad Peruana de Salud Ocupacional.
Según precisó el galeno, en el año 2010, el Ministerio de Salud (Minsa) por intermedio de la Dirección General de Salud Ambiental (DIGESA), elaboró el Programa de Prevención de accidentes con materiales punzocortantes en el personal de la salud para prevenir y controlar la transmisión de enfermedades que se contagian a través de la sangre. Sin embargo, a la fecha sólo el 10% de instituciones ha iniciado el proceso de implementación.
«Aún las instituciones continúan en período de implementación de medidas de control y la prevención para el VHB, VIH y otros agentes de trasmisión hemática, lo que se convierte en un grave riesgo para el trabajador de la salud, por las enfermedades que podrían contraer», precisó.
Cabe destacar que sólo en el año 2011 el Hospital Guillermo Almenara registró 304 accidentes de trabajo de los cuales 116 fueron punzocortantes.
Si bien en el Perú, el 50% de los accidentes punzocortantes no se reportan debido a la falta de cultura de seguridad en salud, pero las estadísticas señalan que las lesiones por pinchazos se dan mayormente por agujas de aspiración (27%), agujas para suturas (19%) y bisturís (7%).
Asimismo, se registra que el 44% de lesiones por agujas y otros instrumentos punzocortantes se generaron en enfermería y el 27% en médicos.
Las lesiones por pinchazos, a las cuales están expuestos los trabajadores de salud, son causadas por agujas usadas en jeringas hipodérmicas, agujas para extracción de sangre, sondas intravenosas, agujas utilizadas para conectar partes del sistema de goteo intravenoso y catéteres intravenosos.
Por ello, se recomienda ser extremadamente cuidadoso ante cualquier material contaminado con sangre, como los mencionados anteriormente.
«Los costos por lesiones por accidentes punzocortantes también generan un gasto, considerando que si el trabajador tiene un accidente, la institución de salud está obligada a dar el tratamiento lo cual representa un gran costo para la institución. Sin embargo, los costos más difíciles de cuantificar son los emocionales tanto para el trabajador como en algunos casos para sus familias», manifestó Astete.