Tecnoestrés, mobbing y burnout son algunos de los padecimientos asociados a las altas cargas de trabajo y al estrés. ¡Evítalos! Las elevadas exigencias del mercado laboral, los altos niveles de competitividad, la carga excesiva de trabajo, la irregular situación económica y las relaciones profesionales adversas son la causa de enfermedades de orden psico-social. Todas ellas surgen como el nuevo fantasma que amenaza la salud de los ejecutivos y la productividad empresarial.
Se trata de nuevos padecimientos que bajo nombres tan peculiares como tecnoestrés, mobbing, burnouty karoshi están transformando las relaciones laborales y la calidad de vida de los dueños de negocios de todos los sectores, así como de sus colaboradores. A pesar de ser males reales causados por el estrés laboral, en Argentina no hay un conocimiento generalizado al respecto ni estadísticas específicas sobre el tema.
Las enfermedades laborales de orden psicosocial son reales y afectan cada vez a más personas. De acuerdo con los resultados del International Business Report (IBR) 2012 de Grant Thornton, 26% de empresarios argentinos dijo que el estrés sufrido incrementó durante los últimos 12 meses, comparado con 40% en 2010. Globalmente, el estrés de los directivos tuvo el incremento más bajo en términos anuales desde el 2005. Si bien los índices se han reducido, aún representan una causa de numerosas pérdidas para las corporaciones.
Frente a este panorama y, con la intención de seguir reduciendo los niveles de enfermedades laborales, desde punto biz te acercamos algunos de los padecimientos que afectan cada vez a más personas y los remedios para mantenerte siempre sano en cuerpo y mente.
Tecnoestrés. Se genera por los largos periodos que los ejecutivos dedican al uso de dispositivos tecnológicos (computadora y teléfono) y al uso intensivo que hacen de Internet. Ocasiona dificultad para concentrarse, fatiga, aislamiento, ansiedad, dolor de cabeza, cuello y espalda, alteraciones del sueño, gastritis, palpitaciones, mareos e hipertensión arterial.
Apego enfermizo a la tecnología. Afecta al 63% de los usuarios de Internet y los mayores de 40 años son las principales víctimas. Para disminuir su impacto en la salud, los psicólogos proponen adoptar técnicas de relaja-ción y aprender a ver la tecnología como una herramienta de trabajo y no como un fin.
Síndrome de burnout. Se atribuye a la sobrecarga de trabajo, constantes cambios de turno o de huso horario, excesivos niveles de responsabilidad y condiciones laborales inadecuadas. Ocasiona dolor de cabeza, alteraciones digestivas, trastornos del sueño, elevación de la presión arterial, fatiga, palpitaciones, depresión, cansancio emocional, minusvalía, apatía y ansiedad.
Tan sólo en Estados Unidos se relaciona con el 60% del ausentismo laboral y genera gastos por US$57,000 millones anuales, según la American Psycologycal
Para marcarle un alto, se recomienda enfrentar la situación y corregir aspectos estresantes. Lo ideal es tomar terapia psicológica, llevar una dieta sana, hacer ejercicio y hasta cambiar de actividad.
Mobbing. Consiste en el hostigamiento psicológico que dos o más personas ejercen de manera sistemática –en un mínimo de seis meses y al menos una vez a la semana– contra algún miembro de la organización. Puede darse de superiores a subordinados, a la inversa o entre iguales. La víctima recibe ataques que alteran su rendimiento laboral y le ocasionan estrés, miedo, irritabilidad, apatía, frustración o pensamientos suicidas.
Para remediarlo, hay que buscar el apoyo de una organización, solicitar orientación psicológica y, si el caso lo amerita, llevar el caso ante los juzgados.
Karoshi. De origen japonés, en español este nombre significa “muerte por exceso de trabajo” y hace referencia al fallecimiento súbito de un individuo –aparentemente sano– en su trabajo y a consecuencia de un derrame cerebral o de un ataque al corazón. Esto se debe a jornadas laborales excesivas y demasiada presión, que el organismo no es capaz de soportar.
La presión arterial aumenta, las arterias se endurecen y cesa el flujo sanguíneo al cerebro y/o corazón. Las personas más propensas tienen entre 40 y 50 años, y más de la mitad son ejecutivos, empleados de oficina y funcionarios públicos. Para evitarlo, se debe reenfocar la cultura laboral y hacer énfasis en el cuidado de la salud y la calidad de vida.
Más soluciones
Aunque falta mucho camino por recorrer, las organizaciones –sobre todo, las de tamaño mediano y grande– comienzan a prestar atención a las enfermedades psicosociales. En Finlandia, por ejemplo, se promueve no sólo la salud física de los trabajadores, sino también la mental, dice el informe Mental Health In The Workplace, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En tanto que en Alemania, las empresas tienen programas para reducir estos trastornos. Por su parte, en el Reino Unido se han diseñado políticas de salud mental para el lugar de trabajo. En el caso de México, la legislación establece como obligación del patrón otorgar a su personal condiciones de seguridad.
La también directora operativa de Impulso Integral y Desarrollo, firma especializada en salud e higiene en el trabajo, señala que el asalariado tiene responsabilidades. Por ejemplo, debe usar equipo de protección personal, apegarse a los tiempos de descanso y actualizarse sobre el uso correcto de los equipos y medidas de seguridad.
Para Arturo Ruiz Velasco, psicoterapeuta y consultor en desarrollo humano a cargo de la firma OM Capital Humano, si las organizaciones dieran apoyo emocional a sus trabajadores y tuvieran un área específica para soporte emocional, se evitarían muchos problemas de salud y mejoraría la productividad.
“Lo más importante es gestionar una cultura de la prevención y lograr una sinergia empresa-trabajador. Con ello, se evitarían costes adicionales por baja productividad y, en algunos casos, la baja laboral”, concluye el especialista.
Aunque el estrés laboral es un padecimiento hasta cierto punto inevitable, existen algunas estrategias para manejarlo.
Aprender a comunicar. Para ello, presta atención a lo que se te dice, evalúa tu entorno y emplea las palabras adecuadas. Desarrollar empatía. En términos coloquiales, ponte en los zapatos de otros. Negociar. Hazlo desde una óptica de dar-dar: yo doy, tú das y los dos ganamos. Decir no. Pon en una balanza tus prioridades, capacidades y expectativas. Nunca actúes sólo por complacer a los demás. Tomarte un tiempo para ti. Haz ejercicios en tu lugar de trabajo o tómate algunos minutos para despejarte, respirar y meditar. A veces, 15 o 20 minutos son la mejor salida para liberar adrenalina. Para mantenerte siempre sano Da su justo valor al trabajo Define prioridades Limita tu actividad laboral al centro de trabajo Aprende a fijar límites Organiza tu tiempo Realiza una actividad física de forma constante Sigue una dieta equilibrada Descansa Si es necesario, busca asesoría de un terapeuta